
Con un lastre muy pesado y condenada a la comparación
constante, Prometheus es el regreso de Ridley Scott a la franquicia que
catapultó su nombre a finales de los años 70 al entregar una de las películas
de terror más icónicas de todos los tiempos: Alien.
La suntuosidad maravillosa de Prometheus es el aliciente
para el ojo que atrapa al espectador en la historia. Con una fotografía impecable y brutalmente
estética, Scott nos cuenta un antecedente a sus historias, Blade Runner y
Alien, con la intención de generar nuevas líneas discursivas sobre una
franquicia sobreexpuesta y cansada.
El problema de esta entrega reside principalmente en dos
cuestiones: la inevitable comparación con Alien y grandes huecos en un guión
poco consistente en lo que se refiere a la criatura por sí misma. El primer problema es del espectador y,
afortunadamente, es curable. Si
entendemos Prometheus como una precuela que debe responder a parámetros de éxito
en taquilla y a la narrativa contemporánea de las películas en general, entonces
resulta bastante acertada al alejarse de la tensión silenciosa y morbosa de
Alien.
El segundo problema es un poco más grave, ya que el ciclo de
vida de la criatura había quedado absolutamente claro durante toda la
franquicia: la audiencia lo comprendió, lo aceptó y le dio credibilidad,
obteniendo así un monstruo perfecto y totalmente verosímil. Prometheus, en su afán de generar
paralelismos a la historia, no logra sino romper el ADN y arrugarlo sin lógica
hasta evolucionar a la criatura “conocida”… o lo más cercano a ésta.
Lo anterior es totalmente comprensible. Si partimos de que Damon Lindelof, escritor
de LOST, está detrás del guión, y fuimos testigos de esta serie, entenderemos
que los cabos sueltos y las preguntas sin respuesta son su especialidad. Lo difícil de comprender es cómo una historia
con dos años de producción y con el director más importante para la franquicia
se aprobó hasta llegar a este punto. La
explicación reside en la misma justificación: había que apegarse a las formas
actuales de hacer cine para lograr un éxito en taquilla. Y lo hicieron.
Agradecemos no ver un remake de Alien. Sobre todo, y aunque quizás un servidor
podría ser el más interesado, es refrescante deshacerse de Ellen Ripley y tener
a Noomi Rapace en el papel de la nueva heroína.
En definitiva Scott deja muy claro hasta dónde intentó alejarse lo más
posible de la historia original respetando gran parte de la idea.
Finalmente, Prometheus es un gran acierto a nivel de
entretenimiento. Escenas de gran
adrenalina y lugares nostálgicos que preceden a Alien envueltos en un ambiente
3D producido con gran inteligencia, hacen de este filme un deleite visual y
sonoro; eso sin mencionar la actuación de Michael Fassbender, quien se destaca
del elenco que en ocasiones reacciona de forma poco creíble, gran parte por
culpa del guión.
Totalmente para fanáticos de la franquicia y en búsqueda de
nuevas audiencias, Prometheus es una parada obligada que se debe disfrutar sin
pensar que veremos al Ridley de Alien, sino a uno más agresivo y ambicioso con
una nueva historia qué contar.
Buena nota Rick! Por cierto ¿Me heredas tu colección de Alien? Lamentablemente aún sigo sin poder ver Prometheus, pero espero pronto poder checarla :)
ResponderEliminarGracias :) pero no, no te la heredo hahahaha.
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