Diez años después llega a su conclusión una de las franquicias cinematográficas más importantes de esta era. Lo que comenzó siendo una película absolutamente inocente e infantil fue madurando a través de los años pasando por improvisados directores para revelar una historia compleja y lo suficientemente adulta para el género.
David Yates, quien había tomado la batuta desde la Orden del Fénix con películas accidentadas, mal cortadas y de humor a fuerzas, logró llegar al final de la saga con la frente muy en alto dirigiendo uno de los finales más interesantes y con menos espectáculo posibles dentro de esta saga.
Las actuaciones se notan menos forzadas, aunque nunca han sido algo realmente sobresaliente en la saga. Si alguien es de destacar es la fabulosa Helena Bonham Carter, aunque también es de "reconocer" el acartonado (debido al personaje) Ralph Fiennes y el siempre interesante Alan Rickman.
Con diálogos precisos y a tiempo, menos efectos mágicos y maravillosos reemplazados por algunos efectos que opacan los momentos cruciales de la historia, momentos precisos y una historia muy bien contada, Harry Potter 7 parte II junto con su predecesora son películas justas, obviamente con las dimensiones que merecen las adaptaciones cinematográficas que exigen las obras literarias.
Como nota adicional, valdría la pena que hubieran reconsiderado de forma consciente el epílogo de la historia: el maquillaje pudo haber sido un mejor logro considerando la relevancia del mismo... desafortunadamente ese detalle aterriza lento el final junto con otros tantos que no permiten un gran sabor de boca como se hubiera esperado.
Totalmente una opción familiar que vale la pena disfrutar independientemente del fanatismo, ya que a nivel histórico en el cine tiene un lugar importante al lado de grandes producciones secuenciadas que se han dado en los últimos diez años.
No hay comentarios:
Publicar un comentario