
Natalie Portman ya había probado su capacidad histriónica, pero nunca la había llevado a un límite tan veraz, atrevido, sexy, indulgente y al mismo tiempo angustiante hasta caer en las manos de Darren Aronofsky.
La trillada esquizofrenia de tantas producciones predecibles toma un respiro con el guión escrito por Mark Heyman, Andres Heinz y John J. McLaughlin; que disuelve en una dirección de Aronofsky equiparable incluso al personaje de Mila Kunis, Lily: burdo y sensual a la vez.
Black Swan es una producción plagada de recursos cinematográficos notables, detalles entre espejos y vestuario que acompañan la historia y la complementan. Detalles obvios y directos que lejos de resultar trillados se agradecen y hasta forman parte de la genialidad de la película.
Me confieso fan absoluto de Fincher y Nolan, quienes compiten con Aronofsky por una vendida y sobrevalorada estatuilla y me atrevo a pensar que Fincher será el ganador... pero debo admitir que la arrebatadora Black Swan se lleva por calle a la sosa -aunque entretenida y vivaz hasta el final- The Social Network y compite con la frente en alto a pesar de su presupuesto contra la suntuosa Inception.
Una película que fácilmente ganará un lugar en varios corazones destinada a ser un film de culto con un espacio muy merecido. Totalmente recomendable y hasta el "must cinematográfico" que no hay que dejar pasar por motivo alguno.
De regreso al blog con muchas opiniones pendientes. Saludos.
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