
Asistir a SEX AND THE CITY 2 con la pretensión de disfrutar de una joya cinematográfica es lo mismo que ir a estudiar a una fiesta infantil. Existen películas como esta en la que el entretenimiento a sabiendas es un cómplice adecuado para reír de la frivolidad y disfrutar e un desfile publicitario glamouroso inalcanzable para la mayoría de nosotros los mortales.
Michael Patrick King logra pasarse la crítica 'por el arco del triunfo' y entrega una sosa comedia entrenidísima y llena de gags conocidos que, finalmente, llega a donde debe llegar; pero falla un poco a comparación de su antecesora. Poco drama y mucha aventura extravagante, guión obvio y bastante hilarante gracias a algunos momentos que vale la pena recordar -como la niñera irlandesa- hacen de SEX AND THE CITY 2 una película palomerísima, absolutamente boba y totalmente entretenida siempre y cuando uno acepte a lo que va y disfrute de ello.
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