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Cuando tienes una premisa retadora de ética implícita que cuestiona el interior de las audiencias, tienes la oportunidad de contar una historia con muchas aristas. De entrada la discusión en THE BOX resulta interesante... hasta que sobreexpone lo sobrenatural y, al darlo por sentado, arruina la intrigante trama y lo que pudo haber sido un desbordante thriller.
Con momentos gloriosos y escenas larguísimas, Richard Kelly no logra revivir su gloria de Donnie Darko, ni vemos lo mejor de Cameron Díaz (no, no es su busto, definitivamente no) ni de James Marsden (que tampoco es precisamente ganador del Oscar) como pareja de actores.
Se agradece la bien lograda atmósfera setentera, e incluso la música logra ese sentimiento de ámame u ódiame que viste perfectamente lo anterior, así que es medianamente recomendable. Mayormente decepcionante si se espera algo grandioso.
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