Respeto enormemente la intencional de los directores: asustar, enseñar, homenajear, entristecer... aunque existen películas que abusan de la angustia, depresión profunda o exagerada contemplación... My Sister's Keeper entra en esta segunda categoría.
La temática es un reto a la ética moderna y la reflexión de entrada logra, con un par de líneas, someter al espectador al escrutinio, lo reta a ser abogado de la película con una defensa muy pobre por parte de Cameron Díaz. Y después de un gran enganche, la película se deshace en melodrama; y como comedia romántica de adolescentes, pero a la inversa, el film se desarrolla con toda la intención de que el espectador llore más que una Magdalena.
Por supuesto habrá quienes muerdan el anzuelo y es muy respetable; pero en mi crítica muy visceral (si no no tendría este blog) es un empalagamiento (amargamiento?) absoluto.
El argumento de fondo es maravilloso, claro que sí; y un par de líneas del guión son bestiales (sobre todo al final de la película); pero Nick Cassavetes -director- parece estar convencido de lograr que el desgaste de pañuelos sea esta vez mayor a lo que logró con Diarios de Una Pasión y, por tanto, más exitoso. Sí, Nick es hábil para estos temas; pero creo que vale más una escena desgarradora e impactante, que una colección desmesurada y fotocopiada de momentos arrebatadores.
Buena opción, un guión interesante y retador... una película para que la chica y uno que otro galán vaya preparado con una dosis extra de servilletas.
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