
A propósito de su próximo estreno en carteleras, me tomo la libertad de retomar una película que tuve la oportunidad de ver en el Festival Internacional de Cine de Morelia hace un par de años.
La referencia inmediata de William Friedkin por supuesto es El Exorcista. Quienes tuvieron la oportunidad de verla años atrás (porque actualmente a muchos no les causa más que risa) sabrán a qué me refiero al hablar del potencial de terror que puede mantener Friedkin, esta vez se aleja de las posesiones satánicas y cabezas retorcidas para llevarnos al extremo opuesto: no hay nada peor ni más poderoso que la mente.
En un papel desgarrador y excelente, Ashley Judd nos cuenta en el final de su historia hasta dónde es capaz de llevarnos un episodio de psicosis y paranoia.
La historia se divide, al igual que la obra de teatro, en diferentes escenas que para muchos pueden parecer lentas. El espectador decide si analizar la película como tal o dejarse llevar en la locura de los personajes; por supuesto elegir la segunda opción es un boleto seguro de un viaje intenso a un drama desesperanzado, aunque moderado.
No, no es una película de horror, por supuesto tampoco es gore; es un drama cargado de horror y sentimientos. Exageradamente recomendable.
En la mira: Antichrist de Lars Von Trier
No hay comentarios:
Publicar un comentario