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martes, 21 de abril de 2009

Déjame Entrar (Låt den rätte komma in, 2008)


Cuando uno va al cine a ver Twilight, sabe que va a ver una historia de amor rosa (rosísima) con efectos especiales espectaculares y consume precisamente eso: la 'teen movie' del verano que jamás profundiza y se queda corta tanto en amor como en terror... Eso está lejos de suceder con la aclamada Let the Right One In.


Las historias cercanas a los niños profundizan más en la inocencia-naturaleza del ser humano; mentalizan, cuestionan. Esta historia nos acerca trágicamente a la vida de los niños retraídos, pero más allá de contarnos una fantasía vampirezca, Tomas Alfredson, director, nos presenta una historia cruda y realista. Los personajes toman forma en su presente, sin escenas ni diálogos que nos cuenten demasiado del pasado de los mismos. El 'terror' de la película reside en escenas elegantes y alejadas del gore necio; permite a los fans del género sentirse complacidos por la naturaleza del film, pero abre la puerta mucho más a quienes asisten sólamente a dejarse llevar por una historia única.


Las actuaciones pueden resultar diferentes, y es que no estamos acostumbrados al comportamiento extranjero, sin embargo siempre convincentes y atrayentes. Aunque la historia de principio puede parecer lenta, poco a poco adentra y permite al espectador explorar en un cuento triste, bello, enamorado, lleno de sentimientos.


Déjame Entrar es, finalmente, una historia bastante realista y atrayente y llena de instantes clave con un descenlace impactante y despiadado. Definitivamente una opción diferente que vale la pena revisar.

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