
Paul W.S. Anderson no dejó su microobsesión por Resident Evil y nos entrega otra secuela... No hay mucho por decir de este blockbuster, como en todas las historias seriadas, hay unas mejores que otras; esta es de las "mejorcitas". De las muy pocas películas en tercera dimensión que valen la pena los efectos y las tomas, donde de principio a fin el director cuidó detalles que fueran agradables para los espectadores y valiera la pena gastar unos pesos más por el entretenimiento del absurdo furor 3D.
Insisto, no hay mucho qué decir, para quienes son fan de la saga, por supuesto será algo refrescante, y vale la pena, sobre todo por la introducción de varios personajes de las películas pasadas que van cobrando sentido. Para el resto de la población pasará como otra opción más en cartelera que no tendrá sentido alguno.
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